La inocuidad en los alimentos es el objetivo final de los productos de consumo, ya que no debe presenta ningún riesgo para la salud humana; es el principio fundamental de una empresa procesadora de alimentos. Y, depende de las condiciones y medidas que se tengan en cuenta durante la producción, almacenamiento, preparación y distribución, pues de ellas dependerá que se pueda asegurar que una vez ingerido, no representen ningún riesgo para la salud del consumidor. (Organización Mundial de la Salud, 2007). 

De acuerdo con la Organización Mundial para la Salud, las claves para la inocuidad de los alimentos son:

Las Buenas Prácticas de Manufactura son una norma esencial para la obtención de productos inocuos para el consumo,

tiene un enfoque especial en higiene y manipulación.


Una vez conocido estas definiciones, tomaremos el caso de una empresa procesadora de pastelerías, tortas y postres en la ciudad de Bogotá, que tenían un problema  de  contaminación  ambiental  que  de  no  ser  resuelto  podría  afectar  negativamente la inocuidad de sus productos en el taller de producción; los techos eran de tejas plásticas, lo cual generaba una proliferación de microorganismos, en la cual se ven presente en el ambiente. 


Igualmente, una asesoría inadecuada, por parte del proveedor anterior de los productos  químicos,  no permitía  controlar  este  problema,  dando como resultado,  productos no inocuos, que podría generar inconvenientes con la secretaria de salud, cierre del establecimiento y perdida de confianza y lealtad de sus clientes que lo considera, una de las empresas de pastelerías, más reconocida y seguras.


Cuando nuestros asesores técnicos de Biosupport, se encontraron frente a esta situación, lo primero que se realizó, fue un diagnóstico que nos confirmó, la problemático y la acción a tomar.

1) Proponer la realización de un plan de limpieza y desinfección, el cual le garantiza los productos, principios, frecuencias y dosificaciones adecuados, como igualmente, las técnicas adecuadas para realizar el proceso de limpiar, como el cambio de los desinfectantes y lavados más frecuentes.  


       2) Explicar según las BPM la infraestructuras y materiales adecuados de una planta de producción.

       3La importancia de las capacitaciones lúdicas y pedagógicas a los empleados.

En el cambio del desinfectante, se le da la alternativa de realizar aspersiones con amonios  cuaternarios  de  quinta  generación  a  una  dosificación  de  3  a  7  ml  por litro, ya que con el proveedor que se tenía, se manejaba un amonio, pero no de quinta generación, el cual no estaba mitigando este inconveniente. Lavar una vez al mes los techos; mientras se realizaba cambio de tejas, utilizar un nebulizador de alto alcance. 

Al mes siguiente se observa, una gran eficiencia de nuestro plan de L&D, dando tranquilidad a nuestro ingeniero, ya que, en la visita de secretaria, no tuvo ninguna inconformidad.

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